36 Partiendo de allí, se apoderó de Casfó, Maqued, Bosor y de las
restantes ciudades de la región de Galaad.
37 Después de estos acontecimientos, juntó Timoteo un nuevo
ejército y acampó frente a Rafón, al otro lado del torrente.
38 Judas envió a reconocer el campamento y le trajeron el siguiente
informe: «Todos los gentiles de nuestro alrededor se le han unido y forman
un ejército considerable.
39 Tienen además, como auxiliares, árabes tomados a sueldo.
Acampan al otro lado del torrente y están preparados para venir a atacarte.»
Judas salió a su encuentro.
40 Cuando se aproximaba con su ejército al torrente de agua, dijo
Timoteo a los capitanes de sus tropas: «Si él lo pasa primero y viene sobre
nosotros, no podremos resistirle, porque nos vencerá seguramente,
41 pero si muestra miedo y acampa al otro lado del río,
lo
atravesaremos nosotros, iremos sobre él y le venceremos.»
42 Cuando Judas llegó al borde del torrente de agua, situó a los
escribas del pueblo a la orilla y les dio esta orden: «No dejéis
acampar a
nadie; que todos vayan al combate.»
43 Pasó él el primero contra el enemigo y toda su gente le siguió. Los
gentiles todos, derrotados ante ellos, tiraron las armas y corrieron a buscar
refugio en el templo de Carnáyim.
44 Pero los judíos tomaron la ciudad y quemaron el templo con todos
los que había dentro. Carnáyim fue arrasada. Y ya nadie pudo
resistir a
Judas.
45 Judas reunió a todos los israelitas de la región de Galaad,
pequeños y grandes, a sus mujeres, hijos y bienes, una
inmensa
muchedumbre, para llevarlos al país de Judá.
46 Llegaron a Efrón, ciudad importante y muy fuerte, situada en el
camino. Necesariamente tenían que pasar por ella, por no haber posibilidad
de desviarse ni a la derecha ni a la izquierda.
47 Pero los habitantes les negaron el paso y bloquearon las entradas
con piedras.
48 Judas les envió un mensaje en son de paz diciéndoles: «Pasaremos
por vuestro país para llegar al nuestro; nadie os hará mal alguno;
no
limitaremos a pasar a pie.» Pero no quisieron abrirle.
49 Entonces Judas hizo anunciar por el ejército que cada uno tomara
posición donde se encontrara.
50 La gente de guerra tomó posición y Judas atacó la ciudad todo
aquel día y toda la noche, hasta que cayó en sus manos.
51 Hizo pasar a filo de espada a todos los varones, la arrasó, la
saqueó, y atravesó la ciudad por encima de los cadáveres.
52 Pasaron el Jordán para entrar en la Gran Llanura frente a Bet San.
53 Judas fue durante toda la marcha recogiendo a los rezagados y
animando al pueblo hasta llegar a la tierra de Judá.
54 Subieron al monte Sión con alborozo y alegría y ofrecieron
holocaustos por haber regresado felizmente sin haber perdido a ninguno de
los suyos.
55 Cuando Judas y Jonatán estaban en el país de Galaad, y su
hermano Simón en Galilea, frente a Tolemaida,
56 José, hijo de Zacarías, y Azarías, jefes del ejército, al oír las
proezas y combates que aquéllos habían realizado,
57 se dijeron: «Hagamos nosotros también célebre nuestro nombre
saliendo a combatir a los gentiles de los alrededores.»
58 Y dieron orden a la tropa que estaba bajo su mando de ir sobre
Yamnia.
59 Gorgias salió de la ciudad con su gente para irles al encuentro y
entrar en batalla.
60 Y José y Azarías fueron derrotados y perseguidos hasta la frontera
de Judea. Sucumbieron aquel día alrededor de 2.000 hombres del pueblo de
Israel.
61 Sobrevino este grave revés al pueblo por no haber obedecido a
Judas y sus hermanos, creyéndose capaces de grandes hazañas.
62 Pero no eran ellos de aquella casta de hombres a quienes estaba
confiada la salvación de Israel.
63 El valiente Judas y sus hermanos alcanzaron gran honor ante todo
Israel y todas las naciones a donde su nombre llegaba.
64 Las muchedumbres se agolpaban a su alrededor para aclamarles.
65 Salió Judas con sus hermanos a campaña contra los hijos de Esaú,
al país del mediodía. Tomó Hebrón y sus aldeas, arrasó sus murallas
y
prendió fuego a las torres de su contorno.